sábado, 4 de julio de 2009

Fuiste sigilosa, muy cuidadosa de no hacer ruido con tus movimientos en medio de la oscuridad, pero conmigo no resulta... ya sabes que apenas te acercas, apenas entras a nuestra casa, siento tu presencia que llena toda la habitación de luz, no de luz de esa que entorpece.. luz tenue que acoge e invita.
Quise jugar, así que no me mantuve de espalda. Me di vuelta y fingí dormir.
Tampoco me resultó.. ya sabes que siempre sé cuando llegas, entonces no creíste en mis ojitos cerrados. Pero conoces mis juegos y sé que pudiste notar una leve sonrisita en mi cara que pretendía parecer dormida, así que no interrumpiste nada.
Dejaste toda tu ropa sobre la silla que había más alla y te acostaste a mi lado.
Estás tibia, y es tan agradable..
y entiendes el juego tan bien..
Despacito, como si intentaras no despertarme, te acostaste sobre mi espalda, entrelazaste nuestros dedos y lentamente mi respiración se fusionó con la tuya.

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