Fuiste sigilosa, muy cuidadosa de no hacer ruido con tus movimientos en medio de la oscuridad, pero conmigo no resulta... ya sabes que apenas te acercas, apenas entras a nuestra casa, siento tu presencia que llena toda la habitación de luz, no de luz de esa que entorpece.. luz tenue que acoge e invita.
Quise jugar, así que no me mantuve de espalda. Me di vuelta y fingí dormir.
Tampoco me resultó.. ya sabes que siempre sé cuando llegas, entonces no creíste en mis ojitos cerrados. Pero conoces mis juegos y sé que pudiste notar una leve sonrisita en mi cara que pretendía parecer dormida, así que no interrumpiste nada.
Dejaste toda tu ropa sobre la silla que había más alla y te acostaste a mi lado.
Estás tibia, y es tan agradable..
y entiendes el juego tan bien..
Despacito, como si intentaras no despertarme, te acostaste sobre mi espalda, entrelazaste nuestros dedos y lentamente mi respiración se fusionó con la tuya.
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