viernes, 25 de abril de 2008

Sospecho que mis ojos tienen un encanto terrible... o al menos ahí es donde está mi encanto. Venía experimentando con el mundo, caminando por la calle que más me gusta en otoño, mirando a todas las personas que venían en sentido contrario a mi caminar.
Sospecho lo que sospecho, porque ante mi mirada insistente algunos hombres se hacían los interesantes... y unas cuantas mujeres siguieron el juego.
Aunque también podría ser que mi mirada perturbara; la mayoría eligió mirar a otro lado, tímida. No sé. La verdad es que prácticamente nadie es capaz de mantener la mirada con un desconocido que lo ataca de repente sin experimentar una sensación inquietante, sólo pocos bichos raros.
Mi experimento fue todo un éxito.
Ahora sé que existen más personas en el mundo que podrían ser buena compañía; más personas que podrían llegar a ser mis amigos de la vida. Basta con que nos encontremos, un día cualquiera e importante, y nos miremos fijamente, y entonces descubramos que estamos hechos para mirarnos y saborearnos para siempre.

miércoles, 23 de abril de 2008

Está la vocecilla de este personaje rebotando en las paredes de mi cráneo como un eco interminable, eterno. Ni se inmuta cuando le pido con buenos modales que se retire. Tampoco muestra interés cuando le pido más violentamente que se vaya... y para sorpresa mía, ni siquiera mandarla a la cresta funciona, porque es de una irreverencia... Yo no quería pensar que había elegido mal, pero la voz (tu voz) se encarga de arrastrarlo ásperamente por mi cara, y no puedo cantar mientras gritas repitiendo ni me sirven de refugio mis grandes fortalezas de piedras pegadas con clara de huevo. Hay algo de terrible en la situación, incómoda, nefasta. Te cubrí con miel, te llevé a los lugares más hermosos que conozco, esos llenos de lagrimitas tímidas en los ojos. No puedo culparte; yo elegí, libre e intensamente. Ahora elijo tratarte como a una persona cualquiera.. compartir contigo lo que comparto con cualquiera. Tirarte a un montón de gente desnuda, a lo mejor... O quizás sólo te deje ahí, en la silla de la plaza en la que dudo volverme a sentar.

martes, 8 de abril de 2008

El sabor de hoy

Esto sabe como cuando vas llegando a la calle donde vives después de un día agotador.. Tú sabes que en tu cajón de los tesoros hay un chocolate genial.. de textura suave y sabor incomparable, incluso puedes imaginarlo ahí, quieto en el cajón... Introduces la llave en la cerradura, giras con maestría (porque ya lo has hecho muchas veces) y abres la puerta. Estás más cerca del chocolate; se te hace agua la boca. Entras a tu pieza y ahí ya la cosa se desborda. Prácticamente corres hacia el cajón con una ansiedad terrible. Entonces abres el cajón.. y está vacío!!!!
Soy ilusa.. abro el cajón una y otra vez a ver si está ahí.. y no está!

si no entendías, ahora lo entiendes...

sábado, 5 de abril de 2008

Grises se mantienen quietos, cantando himnos violentos. No me sirve que digan cosas precisas, necesito que se pierdan en rodeos indecisos. Necesito que los gatos maullen pretendiendo nada.

Los días grises me obligan a enconger las piernas y encorvarlo todo, porque hay más aún. Ahora que miro desde el fin del precipicio escribo en tu espalda, porque necesito que te manifiestes pronto, antes de que el mar se canse de ser lo que es.
Necesito de tus impulsivos .........

Necesito poder entrar por tu ombligo a cavernas de calor húmedo selvático, preciso de tus misterios, algo que me llene de gozo...

Los días grises son buenos para volverse una extraña, una bacteria ajena a una misma y entrar con métodos deshonrosos en mí misma. Invadirme completamente, controlar, liderar toda jerarquía, romper los muros que aislan el sonido y ser una intrusa cualquiera.
Necesito imperiosamente una idea fugaz, nueva a cada instante, libertinas, intranquilas, desafiantes. Luces cegadoras, flash intenso.